Como algoritmo denominamos un conjunto ordenado y finito de operaciones simples a través del cual podemos hallar la solución a un problema.
Luego de analizar detalladamente
el problema hasta entenderlo completamente, se procede a diseñar un algoritmo
(trazar un plan) que lo resuelva por medio de pasos sucesivos y organizados en
secuencia lógica. El concepto intuitivo de algoritmo (procedimientos y reglas) se
puede encontrar en procesos naturales de los cuales muchas veces no se es
consciente. Por ejemplo, el proceso digestivo es un concepto intuitivo de
algoritmo con el que se convive a diario sin que haga falta una definición
“matemática” del mismo. Tener claro el proceso digestivo, no implica que los
alimentos consumidos nutran más. La familiaridad de lo cotidiano impide a las
personas ver muchos algoritmos que se suceden a su alrededor. Procesos, rutinas
o biorritmos naturales como la gestación, las estaciones, la circulación
sanguínea, los ciclos cósmicos, etc., son algoritmos naturales que generalmente
pasan desapercibidos.
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