Tendencias de IA para el 2023

1. Utilización de chatbots

Los chatbots (ChatGPT y DALL-E) son un sistema de chat centrado en crear una conversación por medio de la IA. Esta se va habituando a tener conversaciones con cualquier persona por medio de bases de texto, incorporaciones de nueva información y correcciones para que estos intercambios de comunicación puedan producirse de forma automática.

2. Las "superapps"

Son plataformas que permiten agregar funcionalidades e integrar servicios en una solución única para sus usuarios. Un ejemplo son las apps de la banca que, en un único sistema, implementan múltiples soluciones para cubrir necesidades de diversos  ámbitos (en la misma aplicación se pueden realizar todo tipo de consultas y transacciones financieras, además de adquirir productos o generar presupuestos).

3. Trabajar en la satisfacción del cliente por medio de IA

En todos los sectores, desde la sanidad y los servicios financieros hasta la hostelería y el comercio minorista, se necesitan mejorar la denominada “experiencia del cliente”. Es aquí donde la IA tiene mucho recorrido.

4. IA más responsable y segura

En la actualidad, los accesos a la red son infinitos y la repercusión en todos los ámbitos es cada vez mayor y, por consiguiente, tiene mayores consecuencias en el día a día de todas las aplicaciones y usos de la red. Uno de los más comunes y habituales son los ciberataques a las grandes corporaciones y redes estatales

Por este motivo, las empresas cada vez implantan más métodos de seguridad  y protección de datos basados en IA. Las herramientas se irán implantando en las empresas para proporcionar sus clientes mayor seguridad, como complemento al acceso mediante reconocimiento facial (Face-ID) o Touch-ID.

5. La IA generativa - Obras de arte visuales

La IA generativa es muy compleja. Emplea la creatividad para emular el pensamiento humano, no solo para calcular o simular asuntos complicados. Se emplea para producir nuevos contenidos originales, empleando imágenes, música o videos, y no es necesario que haya una persona definiendo o ejecutando cómo debe originar esos contenidos.

Para ello, los macroordenadores usan millones de ficheros de todo tipo y permiten, por ejemplo, interactuar con usuarios manteniendo conversaciones claras y coherentes.